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¿Por qué fortalecer la resiliencia en el Aula?

La resiliencia es la capacidad que tenemos para afrontar y superar de manera positiva los problemas que nos van surgiendo en la vida.

 

Una persona resiliente es aquella que no evita o se derrumba ante una situación estresante o adversa.

Al contrario, se crece ante la vicisitud y convierte una experiencia negativa en una oportunidad para mejorar y desarrollar sus potenciales. 

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Los alumnos con buena resiliencia se sienten más seguros consigo mismos y en el entorno escolar. Desarrollan emociones positivas hacia el aprendizaje y los retos que supone aprender (el componente emocional está estrechamente relacionado con la motivación y rendimiento en el estudio).

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Cuando se trabaja la resiliencia, mejora el clima dentro del aula. Los alumnos adquieren buenas habilidades para resolver conflictos, se muestran más colaborativos y participativos. También la resiliencia fortalece a los niños más vulnerables hacia el acoso o la discriminación, por lo tanto, educar en la resiliencia es educar en la inclusión: enseñar valores sociales tan importantes como la empatía y el respeto.

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La resiliencia se debe trabajar de manera transversal en todas las materias, pero es un contenido clave en la sesión de tutoría. La idea es trabajar los tres factores claves de la resiliencia: el yo tengo, yo soy y yo puedo.

Hay que señalar que el arte y la creatividad son otra manera magnífica para trabajar la resiliencia.

 

Por ejemplo, a través de dibujos el niño puede proyectar cómo se ve y cómo ve a los demás, incluso expresar sus miedos y problemas que no se atreve a compartir de manera verbal.

 

En esta misma línea, un buen recurso pedagógico para trabajar la resiliencia en clase son los talleres de pintura, de creación de cuentos y de teatro.

Factores que se deben fortalecer en los alumnos:

– La autoestima e introspección: se anima al alumno a explorar sus fortalezas.

– La interacción y cooperación: se le enseña a pedir apoyo cuando lo necesita u ofrecerlo siempre que pueda. Y cuando un alumno ayuda a otro se siente importante, capaz. Por lo tanto, mejora también su autoestima.

– El control de sus acciones: se conciencia al alumno que para superar una adversidad y mejorar una situación conflictiva el cambio debe comenzar en uno mismo.

– Mostrarse positivo ante los problemas nos encamina al éxito.

– La confrontación ante un problema, educando en técnicas para la resolución de conflictos y habilidades de comunicación.

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Rasgos del maestro resiliente:

– Se muestra asertivo con sus alumnos y seguro de sí mismo cuando surgen problemas y conflictos en el aula.

– Es paciente y positivo.

– Apoya emocionalmente a sus alumnos: se preocupa por crear un clima en clase que ofrezca seguridad a todos.

– Fomenta la participación, escucha las opiniones y promueve la actitud autocrítica. Anima a la reflexión e introspección cuando se exponen los contenidos y tareas en clase.

– Refuerza los logros y guía a los estudiantes para el éxito.

– Cree en el poder del diálogo.

– Promueve las actitudes creativas y artísticas, el ingenio de sus alumnos.

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Fuente:

https://www.unir.net/educacion/revista/resiliencia-en-el-aula

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